Los accidentes domésticos suponen un grave problema de salud en nuestro país si tenemos en cuenta que 6 de cada 100 españoles han sufrido un accidente doméstico o de ocio, cuarta causa de mortalidad en la Unión Europea.
Las mujeres sufren estas lesiones en mayor medida que los hombres (58,7%) y, en su mayoría, están ligadas a la actividad doméstica. En cuanto a edad, el grupo de mayor riesgo es el que oscila entre los 25 y los 44 años.
Estos son los principales datos que recoge el Estudio sobre Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio, publicado por el Ministerio de Sanidad de manera periódica, en el que se considera "todo accidente producido en el ámbito doméstico o acaecido durante el desarrollo de las actividades de ocio o deportivas y que haya necesitado de cuidados sanitarios".
En los hogares, los lugares de mayor riesgo de accidente, por orden de importancia, son: la cocina, el baño, el resto de la casa y el jardín; y entre las causas más comunes de este tipo de accidentes se encuentran las caídas y los golpes, las intoxicaciones, las quemaduras y la electrocución.
Así, las caídas generan la mayoría de los siniestros (51,1%), seguidas por los golpes y los choques, así como por los cortes y los aplastamientos, con un 16,6% y un 14,2% del total, respectivamente. Los efectos de productos térmicos se sitúan en tercer lugar, con un 9,2% del total de accidentes.
Caídas | 51,1% |
Golpes y choques | 16,6% |
Cortes y aplastamientos | 14,2% |
Productos térmicos | 9,2% |
Respecto a los tipos de lesión, las contusiones y magulladuras son las más frecuentes en menores de un año y en personas mayores, sobre todo, mujeres.
Entre los jóvenes de 5 a 24 años, las lesiones más comunes son las distorsiones, torceduras o esguinces, las heridas abiertas y las contusiones y magulladuras. En general, son lesiones menos comunes a medida que aumenta la edad, excepto las fracturas, que tienen una tendencia creciente. El causante es en mayor medida el propio ser humano y el balón, además de la bicicleta. Los niños se lastiman en accidentes donde están implicados juguetes, ropa, mobiliario, otras personas y la comida o bebida.
En el grupo de edad de 25 y 44, los productos implicados son los aparatos de uso doméstico y, principalmente, el cuchillo de cocina.
Para los de 45 a 65 años, los grandes enemigos son las escaleras y el agua, como elemento natural.
En el caso de las personas mayores, además de todos los causantes anteriores, aparecen implicados los equipos exteriores y las superficies trasformadas (el 45,6% de los mayores de 65 años sufre lesiones a causa del suelo).
EDAD |
CAUSANTES DE LAS LESIONES |
Menores de 1 año | En entorno con juguetes, mobiliario, ropa, otras personas y comida o bebida. |
Entre 5 y 24 años | El propio ser humano, el balón y la bicicleta. |
Entre 25 y 44 años | Aparatos domésticos y, especialmente, cuchillos de cocina. |
Entre 45 y 65 años | Escaleras y agua. |
Mayores de 65 años | Causantes exteriores, además de equipos exteriores y superficies transformadas. |
Aunque la mayoría de los accidentes que sucede en el entorno doméstico no revisten gravedad, cuando ocurren, hay que tener claro cuál podría ser el esquema de actuación: proteger el lugar del accidente para que no se produzca otro, avisar a los servicios sanitarios y socorrer al herido.
Desde Cruz Roja insisten en la importancia de incidir en la prevencióny aconsejan crear un hogar seguro con 3 pautas de comportamiento: advertir el riesgo, valorar los posibles peligros y adoptar una actitud segura.
Por tanto, detectar los riesgos con los que convivimos a diario en nuestros hogares, adoptar medidas para subsanar esos potenciales peligros y repasar nuestros hábitos son conductas recomendables que pueden ayudarnos a prevenir accidentes domésticos.
Asimismo, es aconsejable contar con un seguro de Accidentes que nos cubra los daños ocasionados por cualquier tipo de percance. Es el caso de Accidentes Flexible, el seguro de AXA que permite diseñar tu propio seguro otorgándote una serie de prestaciones que incluye, entre otras, gastos de curación, asistencia psicológica y, en última instancia, indemnización en caso de fallecimiento o invalidez permanente.