Monday, July 20, 2015

Capacitados: conversación entre Jean Paul Rignault y Carmen Polo

El pasado 13 de julio Jean-PaulRignault, CEO de AXA España y Carmen Polo, directora de RRHH, compartieron una inolvidable experiencia con la Fundación Once a través de Capacitados, la última campaña de sensibilización de FSC Inserta.

Carmen y Jean-Paul, como el resto de personas invitadas, se ayudaron de bastones o antifaces para hacer un recorrido y vivir en primera persona cómo se sienten las personas con discapacidad visual en su día a día, incluida una comida con “cata a ciegas”. Les pedimos que nos cuenten su experiencia conversando sobre cómo vivieron esas horas.


Carmen Polo (CP) a Jean Paul Rignault (JPR): ¿Qué fue lo que sentiste durante las horas en las que nos pusimos en la piel de un discapacitado?

JPR- Pues me sentí más discapacitado que un discapacitado. Perdimos la vista durante unas horas y me sentí perturbado, con demasiados estímulos en el entorno. La falta de referencias visuales  te hace sentir un poco perdido aunque, al mismo tiempo, despiertas otras capacidades para contrarrestar los límites. 
Y a ti, Carmen, ¿qué te pareció la experiencia?

CP-  Ha sido una experiencia a la que me enfrenté con mucho respecto. Al principio, como bien sabes Jean-Paul como guía que fuiste, empecé con miedo; miedo e inseguridad al enfrentarme a una realidad que no he vivido nunca, teniendo que romper con tu independencia, dejándote en manos de otra persona, aun sabiendo que es algo temporal.

JPR- Ciertamente hay más barreras mentales que físicas. Nosotros anduvimos por la calle, comimos y aun estando en una situación privilegiada, en una recreación de lo que es el día a día de una persona que no ve, hicimos una inmersión radical en la que lo más difícil fue, sin duda, controlar el cerebro.

Desde tu punto de visa, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor de esas horas?

CP- Pues en el lado menos bueno he de reconocer que durante la comida a ciegas hubo momentos en los que casi me sentí mareada. Intentar seguir varias conversaciones sin referencia visual y comer a la vez fue bastante complicado. Pero, sin duda, es una gran experiencia. He aprendido mucho de mí misma y de mis sentidos y, sobre todo, de aspectos que para los videntes nos pasan desapercibidos en el día a día; una parte de la realidad que no conoces, que no sientes hasta que radicalmente pierdes la vista. Como ejemplo, me gustaría invitar a la gente a discernir porqué los adoquines de la calle cambian de forma, incluidos las cercanías a los cruces o las paradas de autobús.
¿Repetirías la experiencia?

JPR- Yo con la Fundación ONCE haría lo que fuera, aunque creo que sería conveniente que muchas más personas pasaran por las situaciones que tú, Carmen, y yo, hemos vivido durante esas horas. Que sientan lo que es perder una capacidad como la vista y que comprendan que los discapacitados no son ni más ni menos que gente con el mismo talento, compromiso y conocimientos pero con capacidades diferentes. Su vida no es siempre fácil y si todos entendiéramos esto creo que la sociedad, el mundo, sería mejor, sumando todas las capacidades.



Gracias a la Fundación ONCE por ofrecernos la posibilidad de disfrutar de esta jornada.

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