Los seguros de pymes cubren, principalmente, los edificios y su contenido (maquinaria, mobiliario…), y protegen tu negocio frente a daños derivados de incendios, tormentas y explosiones. Existe la posibilidad de incluir otros riesgos como vendavales, robo, vandalismo… o incluso la pérdida de beneficios. La realidad es que existe una gran variedad de seguros y de contratos modulares que se adaptan a la situación de cada empresa.
Con independencia del tipo de seguro por el que la empresa haya optado, es fundamental revisar el nivel de transferencia del riesgo. Este punto no sólo hay que cuidarlo en el momento inicial de contratación de la póliza, sino también durante la vida del contrato. El nivel de transferencia del riesgo indica qué parte de las pérdidas está dispuesto a asumir el empresario en caso de que sufra daños y qué parte transfiere a su aseguradora a través de la póliza.
Sin embargo, en ocasiones se opta por obviar una parte de riesgo para pagar menos prima, asumiendo posibles pérdidas con recursos propios, pero…¡cuidado! Esto puede provocar situaciones poco deseables, como derivar en el infraseguro.
Hay infraseguro cuando la cobertura que se contrata en el seguro es inferior a la que debería para contar con un correcto aseguramiento. En otras palabras, hay una carencia entre la indemnización que corresponde en caso de siniestros, en base a los términos pactados, y el daño efectivamente sufrido. Esta situación suele darse cuando queremos recortar el precio de la prima sin tener en cuenta las coberturas que perdemos, y puede variar a lo largo de la póliza. Por eso es recomendable revisar los valores de los bienes asegurados, de modo que si tu empresa sufre un daño, obtengas la cantidad de dinero que realmente esperas en cada momento.
En AXA contamos con asesoramiento experto para evitar cualquier situación de infraseguro en nuestros seguros para Pyme, ¡consúltanos!
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