Hace tan solo unos años, durante la década de los noventa e incluso en los primeros años de este siglo, el pádel constituía una disciplina deportiva totalmente desconocida a nivel mundial, cuya práctica se reducía a los ambientes más elitistas de países como Argentina, México o España.
Pero, como todos hemos podido observar en nuestro entorno más cercano, este panorama ha dado un giro radical en los últimos años hasta convertirlo, hoy en día, en el deporte de moda y con mayor progresión en nuestro paísen cuanto a número de participantes, con un crecimiento únicamente equiparable a la práctica del running.
Para hacernos una idea de la evolución experimentada en la difusión del pádel en los últimos veinte años, basta con tomar como referencia el crecimiento exponencial del número de licencias federativas a nivel nacional que, según los datos publicados por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en el Anuario de Estadísticas Deportivas de 2015, ha pasado de 2.748 en el año 1994 a 49.463 en el año 2014, con un espectacular desarrollo en los últimos cinco años, ya que desde 2009 prácticamente se ha multiplicado por dos, a costa de una drástica disminución paralela en la práctica federada de su ´hermano mayor', el tenis(de 110.050 licencias en 2009 a 85.668 en 2014).
Este trasvase experimentado en el deporte federado es, con toda seguridad, aún mayor en lo que se refiere a la práctica de ambos deportes a nivel popular y recreativo.
Pero, ¿cuáles son los factores que explican este crecimiento espectacular en el número de aficionados a este deporte? Vamos a tratar explicarlos a continuación:
· Es una disciplina fácil de jugar y con unas reglas bastantes sencillas, sobre todo para aquellas personas que alguna vez han practicado algún deporte de raqueta.
· Es un deporte que requiere una exigencia física moderada, lo que permite que pueda ser practicado hasta una edad avanzada, Además, al estar concebido para ser disputado por parejas, implica un mayor esfuerzo de colocación y coordinación que en lo que se refiere a aspectos físicos.
· Se trata de un deporte cuya práctica no requiere una inversión considerable, ya que, para comenzar, se puede adquirir una pala por alrededor de 30 o 50 euros, a la que únicamente habría que unir un calzado apropiado y el alquiler de la pista que, en este caso, se distribuirá además entre las cuatro personas participantes.
· En el mismo sentido, el coste de la construcción de las instalaciones necesarias para la práctica de este deporte suponen un ahorro considerable respecto, por ejemplo, al tenis, dado que es posible la construcción de dos pistas de pádel en la superficie que ocuparía una de tenis, teniendo en cuenta además que en un partido normal de pádel participan cuatro personas en lugar de dos.
Este aspecto, unido a una menor necesidad de mantenimiento de las mismas, ha desembocado en un desarrollo impresionante del número de pistas en nuestro país, tanto de carácter público por parte de corporaciones municipales como en la construcción de zonas residenciales de carácter privado.
· El pádel está concebido para su desarrollo al aire libre, lo que lo hace ideal para un clima como el nuestro, en el que las temperaturas suelen ser suaves casi todo el año y, a nivel general, existe un riesgo de precipitaciones moderado. En cualquier caso, gracias a su espectacular desarrollo e implantación, el número de instalaciones cubiertas para la práctica del pádel está creciendo año tras año.
· La práctica del pádel tiene una íntima relación con la generación y mantenimiento de relaciones sociales, ya que su reducido nivel de exigencia física y la propia concepción lúdica del mismo hacen que sea bastante habitual que las personas que han participado en un partido disfruten el postpartido juntos en algún bar o en casa.
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