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Pie de foto (de izqd. a dcha.): Miguel Carballeda, presidente de ONCE y su Fundación; María Morenos, coordinadora del informe; Susana Camarero, Secretaria de Estado de Servicios Sociales e Igualdad; Juan Díez Nicolás, director del informe; y Jean Paul Rignault, CEO de AXA España y presidente de la Fundación AXA. |
Más de la mitad de la población española admite haber experimentado en algún momento cierta sensación de soledad durante el último año y cerca de uno de cada diez –algo más de cuatro millones de españoles- asegura haberse sentido solo con mucha frecuencia en ese mismo periodo. Éstos son solo dos de los datos más llamativos que se recogen en el informe ‘La Soledad en España’, promovido por Fundación AXA y Fundación ONCE, y que ha sido presentado hoy por Jean-Paul Rignault, CEO de AXA España y presidente de la Fundación AXA, y Miguel Carballeda, presidente de ONCE y su Fundación en la sede de la Asociación de la Prensa de Madrid.
El estudio, que ha sido elaborado por unequipo de investigadores de ASEP (Análisis Sociológicos, Económicos y Políticos) bajo la dirección del profesor Juan Díez Nicolás y la coordinación de María Morenos, profundiza en lo que los autores definen como “uno de los problemas más relevantes en la actualidad” y aborda por primera vez el fenómeno de la soledad en España desde una perspectiva subjetiva, es decir, no desde la óptica tradicional del número de personas que viven solas sino analizando las circunstancias, características, contexto social y número de las personas que experimentan puntual o regularmente un sentimiento de soledad.
Una de las principales conclusiones que alcanza el informe es la necesidad de diferenciar entre soledad y aislamiento social o, lo que es lo mismo, desmontar la asociación que se hace entre vivir solo y vivir aislado socialmente.
Según los datos recabados por esta investigación, en torno a un 20% de los españoles mayores de 18 años viven solos. De este porcentaje, la mayoría, un 59%, dice vivir solo por voluntad propia, mientras que el 41% restante admite que vive solo, no porque quiera sino porque no le queda otro remedio. Es decir, que en realidad se podría decir que sólo un 7,9% de la población española mayor de 18 años se puede considerar como realmente aislado, en el sentido de que vive solo por obligación y no por voluntad propia.
LA SOLEDAD Y LAS REDES SOCIALES Las nuevas tecnologías permiten la posibilidad de mantener una efervescente vida social sin necesidad de salir de casa gracias a la popularización de internet y la irrupción de aplicaciones como los SMS, whatsapp, Skype.
¿Cómo influyen entonces las nuevas tecnologías? De manera diversa. Por ejemplo, las personas que más utilizan dispositivos tecnológicos, nuevos medios de comunicación e infraestructuras de transporte son los menos expuestos a la soledad, mientras que, por el contrario, el uso de las redes sociales no siempre se relaciona con una elevado índice de sociabilidad sino que también es propio de las personas que más sienten la soledad.
EL FENÓMENO DE LA SOLEDAD EN LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD
Si bien el porcentaje de personas con discapacidad mayores de 18 años que viven solas es muy similar al de la población en general, en torno al 20%, la incidencia de la soledad es sensiblemente superior. Mientras que el 10% de la población española adulta asegura haber sentido soledad con mucha frecuencia, entre las personas con discapacidad este porcentaje se eleva hasta el 23%.
UN DECÁLOGO CONTRA LA SOLEDAD
A la luz de todos los datos y las conclusiones alcanzadas a partir del informe se propone un ‘Decálogo contra la Soledad’ con los siguientes puntos:
1. Vivir acompañado es el mejor antídoto contra la soledad.
2. Hay que utilizar todos los medios posibles para mantener relaciones sociales, incluso los que ponen a nuestra disposición las instituciones.
3. Mantenerse laboralmente activo durante el mayor tiempo posible.
4. Continuar aprendiendo cosas nuevas a lo largo de la vida.
5. Mantenerse actualizado en el campo de las nuevas tecnologías telefónicas e informáticas.
6. Mantener y cuidar las relaciones con familiares y amigos.
7. Participar activamente en actividades de grupo.
8. Tener hobbies y pasatiempos, y practicarlos siempre que se pueda.
9. Mantenerse bien físicamente mediante la práctica del deporte.
10.Profundizar en uno mismo para detectar los motivos de nuestro sentimiento de soledad.