La esperanza de vida de los españoles se ha duplicado, y en apenas cuatro generaciones hemos pasado a ser los europeos que más años vivimos. Sin duda es una buena noticia, ya que así tendremos más tiempo para disfrutar de la ansiada jubilación y dedicarnos, con suerte, a aquellas actividades que nos reporten mayor satisfacción.
Sin embargo y a consecuencia de esto, la probabilidad de que la pensióndel Estado no tenga una cuantía similar a la del último salario en el momento de nuestra jubilación es –y lo será cada vez más- elevada. Este hecho nos obliga a buscar una solución personal complementaria, pues una adecuada planificación financiera a lo largo de nuestra vida laboral activa es fundamental para poder disfrutar de esta etapa de nuestra vida.
Para lograr este objetivo los planes de pensiones son la mejor opción, ya que nos permiten conseguir un ahorro a largo plazo de manera personalizada, adaptándose a las necesidades que tengamos en cada momento. Así, su flexibilidad permite hacer aportaciones cuando se quiera y en la cantidad que se desee, sin estar sujetos a ninguna periodicidad u obligatoriedad, pudiendo dejar de aportar temporalmente, realizar aportaciones anuales, etc. En otras palabras: el ritmo de ahorro lo marcamos nosotros.
Por eso es recomendable contratar un plan de pensiones cuando nos incorporamos a la vida laboral, porque aunque las aportaciones sean mínimas nuestras, el efecto exponencial y el largo plazo harán que, a término, el capital acumulado más los intereses sea importante y nos permita complementar la pensión pública de jubilación, sin, por tanto, poder adquisitivo.
Pongamos un ejemplo:
Suponiendo un plan de riesgo medio, un partícipe que inicia su ahorro con 30 años y ahorra 100€ mensuales, a su jubilación obtendrá un capital de 137.375€ y para otro partícipe que inicia su ahorro 10 años más tarde, con la misma mensualidad, el importe a su jubilación será de 72.549€. Para conseguir el mismo importe final tendría que aportar 190€ mensuales, con lo necesitará un esfuerzo mayor.
Es importante destacar que cuanto antes se empiece a ahorrar, antes va a empezar a trabajar nuestro dinero, pues cuanto más tiempo esté invertido, más fácil será soportar cualquier fluctuación del mercado y beneficiarse de la tendencia histórica alcista. Asimismo planificar nuestra jubilación con antelación nos permite elegir opciones con más renta variable, lo que supone asumir más riesgo, que en largo plazo se traducirá en una mayor rentabilidad.
Y por último, pero no menos importante, no debemos pasar por alto el beneficio fiscal que supone contar con un plan de pensiones, ya que, según cada comunidad autónoma, por cada 1.000€ que aportes puedes ahorrarte hasta 460€.
Consulta nuestras opciones para tu jubilación aquí.
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