Nuestra vida diaria, tanto en el ámbito laboral como personal, está plagada de una continua e inacabable lista de tareas pendientes y obligaciones por hacer que suelen desembocar, sin la adecuada organización, en un aumento considerable de nuestro cansancio mental y sensación de estrés.
Si nos centramos específicamente en el ámbito empresarial, veremos que de forma generalizada, pero equivocada, se suele valorar muy positivamente la implicación del personal de una entidad tomando como referencia el número de horas que dedican a su trabajo, así como su predisposición a la realización de ‘horas extras’ –cuando en realidad las personas que alcanzan un mayor éxito en su trayectoria profesional son aquellas que consiguen poner en práctica medidas dirigidas a la gestión efectiva de su tiempo-.
Así, un mayor nivel de concentración permite reducir el tiempo necesario para la realización de cada tarea, evitando la influencia de lo que se ha dado a conocer, en el ámbito de la gestión, como ‘ladrones de tiempo’.
A la vista de la importancia que tiene una adecuada organización de las tareas en el rendimiento laboral y en la propia satisfacción de cada uno de nosotros, hoy queremos ofrecerte una serie de técnicas dirigidas a la gestión eficiente de nuestro tiempo, las cuales te invitamos a poner en práctica para probar su eficacia:
- Diferencia claramente las tareas a realizar en función de su importancia y nivel de urgencia, llevando a cabo una clasificación de prioridades a nivel mental que guiará el desarrollo de tu trabajo diario.
- Identifica aquellos elementos que te hacen perder tiempo durante tu jornada laboral e intenta eliminarlos, o al menos reducir su influencia. En este sentido, entre los ‘ladrones del tiempo’ más habituales en el ámbito laboral podemos encontrar las reuniones innecesarias o que se prolongan indefinidamente, así como el teléfono o el correo electrónico si no se utilizan adecuadamente.
- Crea una lista de tus tareas pendientes para materializar sobre el papel todo lo que nos queda por hacer y observar nuestro progreso a lo largo del tiempo. De este modo también evitarás que se te puedan olvidar tareas que, en realidad, son fundamentales para tu trabajo. En el caso de las reuniones que hemos comentado, será de gran utilidad realizar una planificación previa de los temas o puntos a tratar.
- A la hora de encarar las tareas a realizar, céntrate exclusivamente en una sola tarea, concentrando toda tu atención en su realización. Además, es muy conveniente que comiences por aquella que consideres más difícil, ya que posteriormente, a medida que aumente tu nivel de cansancio, su realización se te hará más ‘cuesta arriba’.
- Aprende a delegar las tareas que consideres secundarias en personas que sean de tu confianza por sus conocimientos y aptitudes, lo que te permitirá centrarte en aquellas tareas que consideras esenciales para tu trabajo.
- Por último, conciénciate de que, aunque es indispensable garantizar unos adecuados estándares de calidad en el desarrollo de tu trabajo, el hecho de ser demasiado perfeccionista puede acabar siendo perjudicial para tu rendimiento laboral, ya que dedicarás un tiempo innecesario a pulir tareas que podrías dar por finalizadas.
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