Con la llegada de las bajas temperaturas y el aumento de las precipitaciones, debemos tomar en consideración los posibles riesgos relativos a la influencia de estas inclemencias meteorológicas sobre nuestro hogar.
En este sentido, consideramos necesario exponer una serie de recomendaciones para anticiparnos a la llegada del frío y preparar nuestra vivienda lo mejor posible para el invierno, garantizando así su mantenimiento y nuestro bienestar, e incrementando la eficiencia energética, que sin duda también será un alivio para el planeta al reducir la contaminación.
En primer lugar, será preciso llevar a cabo una revisión general y reparación, si es necesario, de los distintos sistemas de aislamiento existentes en nuestra vivienda, que han podido resultar dañados durante la primavera y la época estival.
Deberemos comenzar por reemplazar los burletes que presenten daños y proceder a su colocación en aquellos puntos en los que pueda producirse una fuga de calor, como los cerramientos de las ventanas o la rendija inferior de las puertas exteriores.
Asimismo, deberemos proceder analizar el nivel de aislamiento de los cristales de las ventanas, rellenando con silicona incolora allá donde notemos que existe una posible entrada de aire exterior.
También es recomendable la utilización de cortinas en aquellas ventanas y balcones orientadas al sur, para permitir la entrada de luz y calor solar sin que nos afecte el frío acumulado en los cristales.
Otro punto de gran interés en el mantenimiento de nuestro hogar para el invierno estriba en la puesta a punto de los sistemas de calefacción de los que dispongamos, tomando las precauciones necesarias a la hora de purgar y encender los radiadores, y de observar el estado de los calefactores disponibles.
En caso de que detectes alguna anomalía en el sistema de calefacción apresúrate en ponerte en contacto con el servicio técnico correspondiente, para que proceda a su reparación antes de que desciendan aún más las temperaturas.
Del mismo modo, hay que recordar que todos estos medios son necesarios para mantener una temperatura agradable dentro de nuestro hogar, pero no para alcanzar una temperatura excesiva, ya que la existencia de una diferencia excesiva entre nuestra vivienda y el exterior aumentará considerablemente el riesgo de resfriado.
Por otro lado, también es esencial controlar la aparición de manchas de humedad en las paredes y techos de nuestro hogar, ya que su existencia, más allá de aspectos estéticos, puede tener efectos muy negativos en la estructura de la vivienda y en el funcionamiento de los sistemas de calefacción.
Si detectas algún desperfecto por humedad, procede a su reparación lo más rápido posible o, en su defecto, durante aquellos días más cálidos del otoño o el invierno, con el fin de reducir gastos extra asociados al consumo de calefacción.
Por último, te aconsejamos que realices la ventilación del hogar durante las primeras horas del día, reduciendo, en la medida de lo posible, la apertura de puertas y ventanas durante el resto del día.
Asimismo, una vez que anochezca y desciendan las temperaturas será muy conveniente que procedas a cerrar cortinas y persianas, para contribuir a preservar el calor acumulado a lo largo del día y conseguir ahorrar en consumo energético.
